8.22.2011



- Yo me muero sin ti
- 'Y bueno, MUÉRETE.'


Eso fue todo. Fue lo suficientemente fuerte para colocarme en lo más profundo de este hollo. Para saber que sin ti, definitivamente no soy nada. Al borde del delirio. Conservo espesa oscuridad a mi alrededor. Los ruidos del silencio, me colocan completamente rígida. ¡Ya basta!. Ya ha sido suficiente para mi débil espíritu este sufrimiento continuo que me causas, debilitándome cada vez más con tus sutiles palabras, con tus dejos de ternura, con tu ausencia infinita. Ya he caído en la cuenta de que soy tan solo una estúpida más que creyó tener el control sobre un sueño del cual poseían las riendas terceros. Ya he derramado lágrimas de más pero siento que aún no son suficientes, como si con mi inútil llanto pudiera hacerte saber lo mucho que significas para mi. Pero no, ahora se que nada es lo suficientemente fuerte como para demostrar lo que siento. Mis piernas están débiles, como un trozo de hierba y me vuelvo a dar la razón: no hay nada más importante que tu en mi vida. Nada más maravilloso que tus ojos en el mundo entero, nada igual a tu mirada. E incluso las palabras más tontas, se vuelven importantes e incomparables a tu lado. Y no hay presencia en la tierra de algún ser semejante a ti; que genere tanto en tan solo un instante. Que posea la capacidad de maravillar de tal manera. Te escondes tras la forma humana de un mortal pero yo se que no lo eres, no, tu eres un ángel. Mi ángel. No quiero perderte; no puedo perderte.



 Aún así, Él me dijo que me esperaría, aunque se pase toda su vida. Pero, no lo se. Solo se que ahora mismo soy solo un fantasma de aquello que solía ser junto a él: una princesa de papel aprisionada en un cuento eterno. El primer día que lo vi, con esa sutil sonrisa devota tan característica de él, supe que era aquello por lo que tanto había esperado toda mi vida. Yo lo amaba, lo necesitaba, lo esperaba. Yo vivía solo por él. Y nunca supe si tanto amor tuvo realmente sentido alguno.

Parpadeaban roboticamente mis ojos, exhaustos de ver un mundo que no era el suyo, un mundo en el que no existía ese ángel sublime de el que se habían enamorado perdidamente días atrás pero que hoy, ya no estaba.

    Más allá de la distancia, siempre permaneceré dentro de ti… cuidándote de todo mal. Soy tu Ángel, siempre lo he sido.

Siempre repetía aquella frase, pero yo sabía que eso dependía de mí más que de él.  Si por mí fuera, dejaría todo mí alrededor, todo mi pasado y mi presente: daría todo por él.
Él me ayudaba, y no lo sabía, y me dañaba pero era inocente frente a mis ojos.
Y él no lo sabía.

Él me olvido por un tiempo;  un tiempo interminable. Y ahora planea volver a quererme. Me pregunto, ¿quién lo habrá hecho?. Tantas noches desvelada, me ocasionaba pánico cerrar los ojos para verlo y saber que cuando los abra el no estaría allí. Me causaba fobia, pavor, el llegar a volverme loca



Y sí mi Ángel me abandona, ¿qué razón tiene la vida?. 


Me acerco al ordenador, para observar una vez más aquellas palabras. Siempre insisto en lo que me hace daño. Las lágrimas comienzan a inundar mis ojos, otra vez. No me arrepiento, nunca me arrepentiré de amar de esta forma. Soy una loca, enferma, estúpida.  Las luces comienzan a extinguirse, la vida no es vida sin Él. Adiós: Ángel de paz.


Con mi sangre, escribo este final.